Este fin de semana no tenía pensado correr pero casualidades de la vida, en su día me apunté a un sorteo por Facebook para la "XXI Media Maratón de Zaragoza" y me tocó. Amigos, aunque nos apuntemos a mil sorteos, alguno toca, aquí esta la prueba, yo seguiré dando "me gusta" a todo aquel que vea.
Así que no se si afortunado o no, me tenía que enfrentar a esta distancia que tan poco me gusta. He de decir que días antes miré las inscripciones y los precios estaban en 25 euros. Me parece un coste elevadísimo pero lamentablemente son los precios que mandan hoy en día.
En cualquier caso, era una mañana perfecta para juntarnos gran parte de los compañeros de ANDANDAEH y todos esos runners mañicos que hemos dado colorido a las calles, en total unos 3300 corredores. El día era perfecto, soleado y sin rastro de cierzo. Todo hacia presagiar que íbamos a disfrutar mucho corriendo por nuestra ciudad.
Mi estrategia de carrera esta vez iba a ser diferente a la de otros días. No se porque pero la distancia de los 21 kilómetros no me inspira, no me siento motivado. Mi último registro había sido en 2016 en la "VIII Media Maratón de Huesca" con una marca de 01:26:53. Salvo hecatombe, con los entrenamientos realizados, superar la marca era asequible. Por eso iba a buscar la motivación de otra forma. Iba a ayudar a mi compañero Jorge en todo lo posible a que consiguiera su propósito (01:20:00).
El corre por pulsaciones y yo por tiempos así que teníamos que compaginarnos lo mejor posible. La carrera salió lanzada con un anfitrión de lujo en la linea de salida, Luis Alberto Hernando, la primera vez que lo veía en asfalto. Enseguida me puse detrás de Jorge. A mi me cuesta entrar en calor los primeros kilómetros, será que tengo un motor longevo, como el horno de mi casa. Poco a poco el pelotón se fue estirando. Hoy en día, el nivel en este tipo de carreras ha crecido de forma espectacular. ¡La marea Runner no tiene fin!
¡Que me acelero!
Una vez que dejamos la margen izquierda del Ebro y nos adentramos en el Puente de Piedra, el número de público era abrumador. En estos momentos es cuando me vengo arriba y acelero inconscientemente. Empiezo a oír - ¡Venga Jorges!, -¡Aupa Tricas!- por todos lados y me crezco....quizá demasiado. No todos los días uno es ovacionado, tengo que aprovechar.
Por contra, subo el ritmo y eso puede ser perjudicial de cara al porvenir de la carrera. Menos mal que tenía a mi compañero para echarme el freno. Los kilómetros fueron pasando muy cómodos. De vez en cuando le preguntaba a Jorge como iba y teníamos una pequeña conversación, señal positiva el poder hablar. Aunque soy de los que piensan que siempre hay que ir un poco con el gancho al cuello. En la competición hay que sufrir.
Pasado el ecuador de la carrera empezó a asomarse el viento. ¡Ya te empezábamos a echar de menos! De momento íbamos en tiempo de bajar de 01:20:00 pero muy justos. Le dije a Jorge de apretar pero no quería arriesgarse, iba a seguir fiel a lo que le marcará sus pulsaciones. No me vendría mal aprender a correr así. Prometo empezar a tener más en cuenta la frecuencia cardíaca.
En el Paseo Echegaray y Caballero, esa calle tan querida por todos los corredores zaragozanos, el viento en contra ya era importante. Era el kilómetro 18 y había que darlo todo. Enfrente teníamos a una grupeta en la que estaba el gran Juan Romero. Motivación suficiente para no frenar. Y fieles a su cita , al principio de la calle San Vicente de Paul, mi familia para darme el último empujón, esta vez hasta pudieron verme con buena cara.
Con mi "Archienemigo". Fotos de Heraldo de Aragón
Al final, no pudimos realizar el tiempo esperado, nos quedamos a 57 segundos pero me quedo con el recuerdo de la llegada a meta. Acompañado de mi "archienemigo" y escuchando por megafonía los halagos del maestro de ceremonias, Mariano Navascués, compañero de carreras, curro y gran promotor de este deporte.
Una carrera diferente donde he disfrutado intentando ayudar a un compañero y sin la presión de querer exprimirme al máximo. De una manera u otra, siempre tienes que buscar la forma de disfrutar de lo que haces. Es el único truco para acabar feliz y con la motivación intacta, independientemente de si has conseguido tus objetivos o no. Si llega el día en que no disfrutas del "running" igual es una señal para darte cuenta que tienes que replantearte tu visión. Recuerda, ésto es una afición, nada más.
¡Va por ti PRIMO!
Tiempo: 01:20:59
Clasificación general: 56
Participantes: 3300
Tricas
Atletismo
19/03/2018