Como ya va siendo habitual en estos últimos años, me encanta empezar el año compitiendo en el "Maratón de Tarragona". No encuentro mejor carrera para arrancar una nueva temporada. A las partes positivas que voy recalcando todos los años, como el fenomenal precio de inscripción, facilidad de alojamiento y temperatura idónea, se une la marca que he conseguido este año. Ni en mis mejores pronósticos podía imaginar un resultado así. Por todas estas razones, estoy enganchado a Tarragona.
Esta vez quería dar un salto de calidad. Por ello, seguí un estricto plan de entrenamiento para conseguirlo. El planning constaba de 14 semanas. Con ayuda de internet y gente profesional, adapté un calendario que consistía en 5 días a la semana, sumando kilómetros de forma progresiva a la preparación.
A sabiendas que lo tenía que compaginar con mi otra debilidad, las carreras de Ultra Trail, lo intenté llevar de la mejor manera posible. No obstante, siempre salen obstáculos y éstos vinieron en forma de lesión. Participando en la "Haría Extreme Lanzarote" sufrí una caída muy aparatosa en la que me contusioné las costillas. Resultado: Casi 3 semanas en el dique seco.
A pesar de este contratiempo, aproveché el momento y me introduje en el mundillo del pilates y el body balance, todo un acierto viendo los resultados. La idea era fortalecer el core y la zona de la espalda. Así reforzaría la postura corporal durante la carrera. ¡Os animo a probarlo a todos!
Una vez recuperado, retomé los entrenamientos y esquivando como pude los excesos navideños, me presenté el día de la carrera con la sensaciones de haber hecho bien los deberes. Mi idea era la de las últimas veces: salir con la libre de 3 horas y en un momento dado, escaparme. Esta vez había decidido hacerlo a la altura del medio maratón.
Entrada a meta
En la zona de salida me encontré con mis compañeros Neme y Chevy de ANDANDAEH. Siempre es una alegría inmensa encontrarte con azulillos allá donde vayas. Después de las fotos de rigor, tocaba ponerse en faena, sincronizar el reloj y esperar la cuenta atrás.
Este año el recorrido había cambiado debido a que en verano se celebran los Juegos del Mediterráneo y la llegada y salida se hacia desde las pistas de Atletismo, ideal para mi gusto porque se conformaban grandes rectas en el trazado.
Los primeros kilómetros pasaron rápido, cogiendo ritmo y saludando a compañeros de otras ediciones. En el 6, al pasar por un escenario con música, sin querer me empecé a venir arriba y me distancié del grupo. A lo que me quise dar cuenta ya les sacaba 200 metros. Ya no había marcha atrás, mi estrategia conservadora se había ido al garete otra vez más. Tocaba afrontar la aventura en solitario, confiaba en no tener que acordarme después de mis "prisas mañaneras".
Con mis "mayores" fans
Las sensaciones no podían ser mejor, siempre rondando parciales por debajo de 4 minutos el kilómetro. Las piernas funcionaban a la perfección y la respiración todo el rato controlada. Compartí una parte de la carrera con un compañero que...¡Iba en chancletas! Hay veces que se nos va mucho de las manos todo el tema de las zapatillas y lo que realmente importa son las piernas de cada uno. Mantuvimos una animada conversación, buena señal la de poder hablar.
Cada vez me sentía más fuerte pero en mi cabeza todo el rato rondaban las vocecitas que me decían: - En cualquier momento va a aparecer el hombre del mazo y te va a arrear pero bien -. Las intentaba no escuchar evadiendo mis pensamientos en otros temas, como por ejemplo los geles que me había recomendado Patricia, mi nutricionista. Para esta carrera utilicé Powerbar Hydrogel y ND3, como dicen mis compañeros de club: "Son Caviar".
Llegados al kilómetro 32 y viendo lo cerca que estaba la meta, puse toda la carne en el asador, pensando que al tío del mazo ya no le daría tiempo a pillarme. A esto le sumamos que en esta parte del recorrido estaba mi familia animándome. Mi sobrino siempre me dice que FLASH es más rápido que yo. Quería demostrarle que su tío no tiene nada que envidiarle. Incluso en la foto que me hicieron salgo borroso debido a mi gran aceleración. Postureo le llaman....
Haciendo el gamba para mi sobrino
El último tramo me sentía exultante. Además, coincidías en carrera con los de la modalidad de 30km, al adelantarlos siempre te animaban por lo que aún te venías más arriba. Al ver el marcador de la llegada al final de la recta, no me lo podía creer, el tiempo que iba a conseguir era inimaginable. Paré el cronómetro en 02:46:58:00. Totalmente descontrolado, empecé a flipar. En ese momento me vino una voluntaria y me dijo: - ¡Enhorabuena, has quedado 5º! - ¿¿¿QUÉ??? -. Ya os podéis imaginar la reacción . No cabía en mi de felicidad. Incluso vino otro voluntario preocupado y me dijo: - ¡Que no has ganado eh, has quedado 5º! -. Y yo: - ¡Ya lo se, es BRUTAL!
¡Es una alegría indescriptible! El maratón tiene algo mágico que es difícil de explicar con palabras. No se que tendrán esos 42195 metros de tanto esfuerzo que hagan que la recompensa no tenga precio. Cada vez que finalizo uno, sea pletórico o a cuatro patas, me enamoro un poquito más de él.
Como anécdota, decir que me quedé a 12 segundos de subir al podio. Ya hubiera sido un broche perfecto para una de las mejores mañanas de domingo que recuerdo (La gran mayoría me las paso durmiendo).
Sin duda, todo sacrificio tiene su recompensa. Después de 950 kilómetros de entrenamiento, una dieta controlada y cuidando los excesos cercanos a la carrera (Reduciéndolos, no eliminándolos que también hay que ser un poco canalla), los resultados se consiguen. Si un servidor como yo puede, TU TAMBIÉN PUEDES.
!Va por ti PRIMO!
Tiempo: 02:46:58
Puesto: 5
Participantes que acabaron: 291